Swissland

Se suele analizar las cosas en modo comparativo a lo que nos es cercano y cotidiano; En este sentido Suiza no es muy distinta en percepciones de lo que pueda serlo Alemania u Holanda, sin llegar a la efervescencia de la primera ni a la brillantez de la segunda. Es quizá un término medio entre ambas, con un grado de consolidación conceptual ...

Swissland
Se suele analizar las cosas en modo comparativo a lo que nos es cercano y cotidiano; En este sentido Suiza no es muy distinta en  percepciones de lo que pueda serlo Alemania  u Holanda, sin llegar a la efervescencia de la primera ni a la brillantez de la segunda. Es quizá un término medio entre ambas, con un grado de consolidación conceptual y constructivo abrumador pero con una falta de brillantez inquietante. Es curioso pero es un lugar moderno bastante antiguo.
Hace años que deseaba ver in situ la obra de Herzog & De Meuron, sus pieles, transparencias, texturas, colores, sensaciones, su modernismo textil…. etc, Y no es que esté mal, no joder, ya quisiéramos!…, pero lo honesto es decir que no he percibido las sensaciones de estar ante una gran obra como en otras ocasiones. Yo recuerdo ese vestíbulo de la residencia de estudiantes do Brasil de Oscar Niemeyer, Costa y Le Corbusier en París, donde no esperabas nada y te encontrabas con unos espacios y texturas dignas del sincero reconocimiento, o esa Philarmonie de Sharoun en Berlín en la que entré comiendo pipas y me duró el gesto de la manita dos días (ni que decir tiene que ya sin pipas) o esa Nacional Gallery Berlinesa de Mies, o la fantástica casa Schroëder de Gerrit Rietvelt en Utrecht, esto por decir algunos clásicos, pero desde luego los holandeses Educatorium y Kunsthall de Rem koolhaas, o la misma Torre Agbar de Jean Nouvel en Barcelona, no se quedan atrás, y por supuesto aquella maravillosa exposición del Sol naciente en la ampliación de la Tate gallery de Londres de Herzog y De Meuron...... ¡Anda! pero ¿que hacen estos aquí?, ¿a ver si va a ser que el problema esta en Suiza?, ahora que lo pienso estos tíos fuera de Suiza son realmente buenos, El Estadio Nacional Olímpico de Pekín, la nave Ricola en Mulhouse, las viviendas de la Rue des Suisses en París, la Filarmónica del Elba en Hamburgo, el Epicentro Prada Aoyama de Tokio….etc etc etc, son enormes proyectos.
Para justificar este razonamiento sólo me falta encontrar la excepción que confirme la regla, déjame pensar, ya está!, el edificio de la Signal Box en Basilea, eso es!, quizá su oxidación ferroviaria sea lo que hace distinta a esta obra del resto de sus creaciones en Suiza, es la única que no tiene el vidrio como protagonista, es la más extraña del lugar, la más dura, la menos correcta, la más valiente, esa sí me hizo escuchar el silencio.
Y es que un lugar tan excelso no debe estar hecho por un sólo creador, Dios no hay más que uno, o dos. Se necesita un respiro, una traslación a otros estados de percepción para ser nuevamente sorprendido (echo de menos Londres), porque sino acabas tomando tanto queso fundido que te empachas.
Sería injusto si dejara pasar un aspecto fundamental de Suiza en general que es la enorme capacidad creadora del suburbio y la industria, ojo a la basura suiza que promete!, existe una valentía fronteras afuera que llega a ser espectacular en ocasiones. Y por supuesto (para el que se lo esté preguntando) sí que merece la pena ir, porque estoy seguro de que parte de mi extraño malestar alpino es debido a andar cinco días seguidos con los genitales congelados, manejando un plano con guantes de esquí y resbalando por las esquinas con mis fantásticas botas españolas de suela dura.